Cuando ya dábamos por despedido este otoño reseco y tacaño de aguas, nos llegó la nevada para estrenar mes con todos los honores. Así que celebramos la fiesta blanca yendo adonde nos permiten las carreteras: a ARANTZAZU!!
El sol ha madrugado más que nosotros y canta por las laderas y torres.
Ya hemos dejado atrás las hospederías y restaurantes, con los crujidos de nuestras botas sobre las huellas heladas.
"Ahora habrá que ponerse las raquetas!", dice alguien...
... Pero hay un sendero abierto que nos aplaza el trabajo. Avanzamos cruzando hayedos y obedientes al trazado...
... el sol radiante nos anima hasta alcanzar el collado de Elorrola.
Es el momento del 'reagrupamiento' y de la bifurcación:
Los más inquietos se calzan las raquetas para coronar el Enaitz (1.296 m), algo había que echarse a la mochila para no volver de vacío...
... Otros hemos seguido la 'senda de los sabios',
... por la Ermita de Andra Mari...
... las campas incomparables...
... con todo el aire alpino de la sierra de AIZKORRI...
... y de su aterpe multiservicios.
El descenso pone a prueba nuestra estabilidad, y más con el incesante cruce con los que suben.
No tiene perdida el sendero, pero se agradece que alguien nos espere...
... y que no falte el estilo para las últimas poses...
... ni la sonrisa de final feliz!!
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