Esta tercera jornada ya nos encontraba más rodados, dispuestos a marchas más exigentes..., siempre que hubiera alternativas más suaves para el resto.
Partimos de CAÑAMERO por la 'avenida de las retamas', que con su exuberancia amarilla vestían todos los caminos y laderas que atravesábamos.
Partimos de CAÑAMERO por la 'avenida de las retamas', que con su exuberancia amarilla vestían todos los caminos y laderas que atravesábamos.
Pronto se nos plantearon las diferentes opciones. Iríamos resolviéndolas paso a paso
Primero visitamos la Cueva Chiquita o de Álvarez
A fuerza de aguzar la vista y dejar volar la imaginación,
vamos descubriendo signos y figuras
Regresamos por la orilla del río Ruecas. Bastará cruzar su exiguo cauce
y remontar la ladera opuesta para llegar...
al embalse del Cancho del Fresno, entre las sierras de Las Villuercas.
Los que hemos optado por caminar hasta Guadalupe lo rodeamos por
su orilla oriental...
... hasta dar con el sendero que nos subirá a los pasos de la sierra.
Al borde de la senda un ramillete de brezo, filigrana de color, nos detiene el paso...
... mientras, por todas partes revolotean las 'mariposas blancas' de las jaras
La Cruz de Andrade sugiere una reverencia en memoria del infeliz
que fue asaltado por los bandidos
Una vez que vamos ganando altura, el solitario valle y su corte de
montañas nos ensancha el corazón
El sendero cruza lugares singulares, como esta
pedriza de abultados bloques, conocida como el Melonar de los Frailes
En el punto más alto del itinerario saludamos a ejemplares extraordinarios de robles, cerezos... y castaños seculares, como este ejemplar denominado El Castaño del Abuelo:
un monumental tronco totalmente hueco, pero capaz de trasmitir vida a múltiples ramas
Nos hemos acercado, ¡había que cerciorarse de tal maravilla de longevidad natural!
Él nos ha correspondido sonriéndonos bonachón con sus ojos de búho centenario
El camino es una alfombra mullida de hojas de roble
Y en medio de esa hojarasca una deslumbrante flor nos desconcierta.
'Pero, ¿eso qué es?'
Poco a poco se va abriendo el horizonte, ¡ahí esta GUADALUPE!
La ermita de Sta. Catalina es un buen pretexto...
... para contemplar el caserío guadalupense...
... y tomar un respiro en sombra tan deseada
Pero la mejor acogida nos la brinda la Fuente del Angel, en la primera esquina de GUADALUPE
Tras ella todas las calles nos parecen avenidas y los pasos bajo las casas
arcos de triunfo. Así de ufanos llegamos los andarines...
... casi tanto como los peregrinos que en caminatas fervorosas llegan a este monumental santuario (no es el caso de la mayoría que puebla las terrazas, jeje).
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