Eran las tres de la tarde de una soleada tarde abrileña. Nos faltó tiempo para bajar del autobús, cambiarnos de calzado, coger los palos... y a caminar por las tierras de GRANADILLA. Porque toda esta zona tuvo como cabeza a esa villa amurallada..., hasta que las aguas inundaron muchas de sus tierras. Ahora Granadilla ya no es lo que era, cabeza de comarca, pero mantiene el tipo, y de qué manera.
Ya llevamos más de una hora pateando caminos, cuestas y barrancos, cruzando arroyos que en crecidas impetuosas se burlaron de los puentes. |
Por fin, divisamos el embalse, a ver si nos refresca un poco, aunque antes tengamos que remar por el mar en secano |
Ya vamos llegando... |
... y hay quien no se priva del remojón, aunque sea mínimo. |
La mayoría, como rebaño dócil o perezoso, se amodorra a la sombra del pino |
Echándole valor hemos tomado la 'fortaleza', ya estamos dentro de GRANADILLA, bien cercada por su muralla y por las aguas del lago artificial. A la entrada se levanta el Castillo, 'Torre de Defensa', dominio de la Casa de Alba. |
Este es el embalse de Gabriel y Galán, en honor del poeta salmantino que vivió por estos lugares. |
Ese embalse obligó a sus habitantes a abandonar su pueblo, pero, reconocido su valor histórico y artístico, hoy se mantiene en sus valores naturales... |
... y monumentales, gracias a un Programa de Recuperación y Utilización Educativa. |
El paseo de ronda, sobre la muralla, nos permite ir contemplando un horizonte singular |
Aspecto actual de la villa, que se abre mañana y tarde a los visitantes, y que mantiene en pie y presentable parte de su caserío |
Este panel nos ofrece información complementaria |
Los olivos, naranjos, granados... pueblan los huertos que quedaron sin manos que los cultivaran... |
... y la Calle Mayor nos invita a otro paseo más pausado. |
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