Era mi tercera participación en la marcha ciloturista Bilbao-Bilbao, y la esperaba con la ilusión de hacerla una vez más acompañado por amigos alaveses y vizcaínos. Con mis compas de la DURANA T.E. sí que conecté e hicimos la ruta en buena armonía y apoyo, ¿verdad, Javier?, pero a nuestra tropa de CARPISA - Puertas y Armarios- (a cada cual lo suyo) no hubo manera de saludarles. Debieron de darse un chute con la pócima de Asterix y no les vimos el pelo en toda la mañana. Quien sí dio fe de nuestra participación fue el líder JOSÉ IGNACIO, que con su más joven heredero pasó pedaleando a mil revoluciones.
Desde luego, con la aglomeración creciente que genera cada año la prueba, va a ser cuestión de pensarse futuras participaciones. En todo caso habrá que salir con las primeras luces del alba para que no nos pille el pelotón mogollonero.
A todo esto, por si alguien no tiene mucha idea de que va la tal Bilbao-Bilbao, sepa que es en una marcha cicloturista con salida y llegada en la villa de Don Diego. Discurre por zonas próximas al Botxo, sin puertos de primera, pero sí con numerosos repechillos y alguno un poco más respetable, como el monte Umbe o el alto de Morga. En total, unos 115 kms. Lo más incómodo, aparte de la masiva participación (hay que andar con los cinco sentidos para no tropezar o "que te tropiezen"), es la fecha en la que se suele celebrar: hacia el tercer domingo de marzo, fecha un poco temprana para los que no descolgamos la bici hasta marzo.
Desde luego, con la aglomeración creciente que genera cada año la prueba, va a ser cuestión de pensarse futuras participaciones. En todo caso habrá que salir con las primeras luces del alba para que no nos pille el pelotón mogollonero.
A todo esto, por si alguien no tiene mucha idea de que va la tal Bilbao-Bilbao, sepa que es en una marcha cicloturista con salida y llegada en la villa de Don Diego. Discurre por zonas próximas al Botxo, sin puertos de primera, pero sí con numerosos repechillos y alguno un poco más respetable, como el monte Umbe o el alto de Morga. En total, unos 115 kms. Lo más incómodo, aparte de la masiva participación (hay que andar con los cinco sentidos para no tropezar o "que te tropiezen"), es la fecha en la que se suele celebrar: hacia el tercer domingo de marzo, fecha un poco temprana para los que no descolgamos la bici hasta marzo.
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