La primavera se nos viene encima y, antes de que estalle en nuestro campos y bosques, ya queremos sentir su bullir entre nubes y arroyos aún pletóricos. Esta vez nos hemos acercado a rincones y pueblos de Trebiño, tan próximo a Gasteiz y tan minusvalorado a menudo en nuestras marchas senderista-montañeras. "Bah, pero si apenas tiene cotas puntuables", dirá algún comemontes insaciable. Efectivamente, su orografía es bastante suave y casi todas sus sierras cumplen una mera función de 'muga', de límites de jurisdicción, como si dijeran: "¡Ojo, que aquí empieza/acaba Trebiño!"
Pero en los múltiples pliegues y vallecitos de la geografía trebiñesa hay mucho encanto natural, etnográfico, artístico... ¡Merece la pena perderse por la "zortzigarren Araba"!
Para llegar a San Martin Zar y Taravero, salimos de Gasteiz por la carretera que, en dirección a Peñacerrada/Urizaharra, cruza los Montes de Vitoria y el condado de Trebiño de norte a sur. |
Iniciamos la marcha hacia la sierra de la Cogolla o de Caricedo, una alargada loma que discurre al sur del río Aiuda |
A medida que nos acercamos, vamos distinguiendo una construcción singular en la ladera del monte... |
... Es la ermita románica de San Andrés de Dueso, superviviente del mortuorio (=pueblo desaparecido) del mismo nombre |
A pesar de su soledad, sigue en pie y aceptable estado de conservación, gracias sin duda al cariño de los pueblos vecinos: Dordóniz y Moscador |
Conquistada la cumbre, nos protegemos del potente viento solano en la torre-observatorio, levantada con fines de prevención de incendios |
... y al norte, al pie de la sierra, la villa de Trebiño, y, como telón de fondo, la línea de los Montes de Vitoria |
Caminamos un trecho por lo alto de la sierra y a la altura de este pequeño pinar... |
... nos sorprende una especie de cuerda sinuosa, que resulta ser la de las "procesionarias del pino" |
Ya en el valle nos admiran las singulares construcciones, añejas y modernas, de Taravero; ejemplo de conservación y adecuación al entorno |
De San Martín Zar ('zahar'='viejo', para distinguirlo de S. Martín Galvarín) no tenemos tiempo de llevarnos más que esta preciosa imagen del ábside de su iglesia. |
Nos despedimos del valle de Tobera o del río Rojo... |
... y de la sierra de la Cogolla o de Caricedo, comandada a la derecha por el Cerro hoy visitado. |
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