"¡Por fin hemos hecho cumbre!" Esto que suena a alpinismo estratosférico, también lo podemos decir los modestos mendizale (montañeros) que tenemos que hacer también nuestros cálculos y varios intentos para alcanzar nuestros objetivos.
Hoy, martes, 10, se pronosticaba una día ideal para llegar hasta la cumbre del Zaldiaran: temperaturas muy bajas de madrugada y luego, día radiante. La nieve se mantendría abundante y dura en las laderas de los Montes de Vitoria, así que... botas y bastones para qué os quiero...
Partimos de los caseríos de Eskibel. En la línea del horizonte ya se ve la 'berruga' de Zaldiaran, erizada de antenas (00:00) |
Estamos en la última rampa del hayedo y ya el sol nos deslumbra con sus reflejos |
Hemos alcanzado el collado: hacia el sur solo alcanzamos a ver un mar de niebla con unos islotes emergentes, los altos treviñeses y crestas de la sierra de Toloño (00:50) |
La cumbre está cerca, pero el último ascenso tiene su miga, hasta una cornisa helada para superarla con cuidado. |
Hacia el oeste continúan las crestas de los Montes de Vitoria: la antena del fondo señala el monte Busto (976 m). |
Seguimos los primeros tramos de ese cordal para dar con una vía más cómoda para el descenso |
¡Un último saludo al sufrido Zaldiaran! La que le ha caído por ser el más alto de la clase... |
Por este portillo de Zumeltzu -camino de ese pueblo- abandonamos las crestas para descender por trazados más suaves (01:30) |
Ya el camino es rutilante, el acebo/gorosti luce todo su follaje, sacudiéndose con garbo la nieve. |
Llegamos al primer mirador sobre la Llanada: polígonos industriales y, al fondo, el Gorbeia |
Acercándonos al final del recorrido, nos damos de narices con el monte Eskibelgo Atxa o Eskibel (816 m). Desde su chata cumbre nos saluda el paredón del castillo |
Y este es el vecino más vetusto y nobiliario de entre los caseríos de Eskibel, solar de la casa del mismo nombre (ss. XIV-XVI). Que siga contemplando con ese aplomo muchas nevadas (02:15) |
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