Este mes de enero ha sido abundante en lluvias y nieves, de manera que hemos vuelto a hablar de los desbordamientos e inundaciones en nuestra Llanada alavesa, y especialmente en el curso medio e inferior del Zadorra: desde el embalse de Ullibarri Ganboa hasta su unión al Ebro (los 'desmadres' del gran río ya los sufren aguas abajo). Todos suspiramos porque no nos falte el agua, pero con qué poca simpatía la recibimos cuando llega. "¡Claro! Es tan impertinente: llega sin avisar, y todo lo cisca. ¿Por qué no va discretamente al pantano y espera allí hasta que la necesitemos?" Vamos, que los fenómenos de la naturaleza nos descomponen, cuando desde hace millones de años todos los elementos han jugado su papel y han trazado unas reglas de convivencia incontestables. Por ejemplo, todos los excedentes de lluvias y nieves que no puede absorber el suelo han de 'escurrir' por laderas, taludes, caminos, acequias, arroyos y ríos. Si caminamos bajo la lluvia por las fa...
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