Las laderas del valle, rasgadas por caminos antiguos y modernos En este comienzo de mayo hemos aterrizado en el valle de Iguña , en la parte alta de la cuenca del Besaya. Constituyéndose en el eje central de Cantabria, el río Besaya desciende desde alturas cercanas a Reinosa, excava valles angostos en la cabecera, amplios más abajo - sin que falten desfiladeros-, hasta desembocar en el Cantábrico entre Suances y Miengo. Muy próximas al curso de este río, por sus valles, han discurrido siempre las vías de comunicación de la meseta con la costa: desde calzadas llamadas romanas hasta la autovía, recientemente abierta. Somaconcha, testigo de la historia Naturaleza exhuberante en los tramos altos Os recomiendo una visita reposada a esos tranquilos pueblos del valle de Iguña, aún no desfigurados por urbanizaciones modernas, cuajados de bellas casas, mansiones y palacios, y de rincones de naturaleza rebosante: Molledo , con las aldeas cercanas, Arenas de Iguña...