Suena chungo, verdad, los peñascos del macizo del Aizkorri no parecen terreno adecuado para conquistarlos sobre dos ruedas..., al menos por el momento. Pero, cuando ya decae noviembre, los esforzados ciclistas del C. C. DURANA T. T. suelen poner la guinda a la temporada subiendo, bien calzados de botas, a la punta emblemática del macizo de Aizkorri (1.523 m).
Partimos de Zalduondo, patria del mítico Zeledon. Entre el imponente muro de San Saturnino y las palmeras se dibuja el perfil de la cresta de nuestro objetivo.
Por pistas recién reasfaltadas llegamos a Zumarraundi (vulgarmente mal denominado como "los sondeos", por los que hace años se realizaron allí). Toca atarse bien los machos y echar a andar.
Estamos en la vertiente S-SE del Parque Natural de Aizkorri-Aratz, y en los primeros tramos aún por las laderas próximas al monte Aratz (1.445 m). Empezamos siguiendo la ruta que nos conduciría al túnel de San Adrián, ruta ancestral para llegar a los valles y costa guipuzcoanos. Pero pronto la abandonamos, tomando senderos a la izquierda, en dirección a Aizkorri.
Como en las marchas cicloturistas, hoy también toca esperar al que va 'haciendo la goma'
Superada la zona de hayedos, se abren unos horizontes soberbios: al oeste campas de Oltza y Urbia y sierras y picos incontables...
... por el sur la Llanada, las sierras de Kodes, de Kantabria/Toloño, la sierra de la Demanda.
Serpenteando por el lapiaz, ya tenemos el Aizkorri, con su ermita y refugio, a nuestro alcance.
Cima coronada en compenetrado equipo, como acostumbra a rodar
¡¡la Peña DURANA!!
Esta mirador merece un disparo más. En primer término contemplamos las campas de Urbia, adonde se llega por la ruta que parte de Aranzazu.
Antes de iniciar el descenso, hay tiempo para las tertulias montañeras, para admirar panorámicas espléndidas...
... y pequeños pueblos, como Zegama, que con sus 1.500 hbs. ha puesto su Zegama Aizkorri mendi maratoia en el calendario mundial de los maratones alpinos. Ya van por la XXII edición.
Para volver a la plataforma de partida decidimos rizar el rizo y bajar por la ladera norte, siguiendo parte del sendero que machacan los maratonianos.

Y la cosa tiene su miga. Como decía un amigo: "Esto es peor que bajar el Tourmalet"
Entre piedras, raíces, hojas resbaladizas... toda la atención es poca para no rodar.
Al fin pisamos unos senderos más suaves, para saludar la ermita de Sancti Spiritu, los bosques navarros y guipuzcoanos, y las cimas sereñas de Txindoki y Beriain.
Ahora toca girar a la derecha, para cruzar la sierra por el túnel de San Adrián y retornar a la Llanada...
Cerca ya de nuestro destino, abandonamos la calzada (a secas, que no es romana, eh)...
... y tenemos más regalos:
el hilillo de agua que susurra
cayendo en la sima...
...y un 'bizkardon',
un espinazo de un dinosaurio...,
tallado por un meticuloso aizkolari.
¡¡Digno final para una gesta
de correosos peleones!!
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